En su
más reciente informe semanal, titulado “la banca y el socialismo del siglo
XXI”, la firma Ecoanalítica aborda a grandes rasgos el secreto del éxito del
sector financiero venezolano a lo largo de los años recientes.
El
sector bancario ha logrado sobrevivir no solo a un ambiente hostil para el
resto de las empresas, sino que ha soportado el peso específico que sobre sus
hombros le ha colocado el Estado, y ha conseguido registrar un crecimiento muy
por encima de los demás sectores en la economía, se indica en el texto.
Este
fenómeno, que le ha permitido a la banca obtener cifras de crecimiento
superiores a 10% anual en los últimos 14 años, se ha dado a pesar del
establecimiento de carteras obligatorias, que según la firma “ha limitado la
proporción de fondos que la banca puede destinar a las opciones de inversión
que considere más rentables y menos riesgosas, lo cual afecta de manera
importante su rentabilidad”.
“En
conjunto con el direccionamiento del crédito, los encargados del manejo
económico de la nación han decidido fijar unas tasas de interés activas
nominales por debajo de la inflación, es decir, negativas en términos reales.
Ello significa que el retorno de los préstamos otorgados por los bancos ha
estado, en la mayor parte del período considerado, por debajo de la pérdida del
valor de compra del bolívar”, acota más adelante.
A lo
anterior, suma las limitaciones propias del control de cambios vigente en el
país y las pérdidas cambiarias que Ecoanalítica calcula en 602 millones de
dólares producto de las devaluaciones entre 2003 y 2012, con la adicional
desvalorización de activos bancarios calculados a tipo de cambio oficial. Pese
a todos estos factores, la banca continúa como el sector más pujante de la
economía venezolana.
“El
sector no solo ha afrontado problemas derivados del entorno macroeconómico,
sino también restricciones propias a su actividad, y aún así su desempeño no
parece haberse visto afectado. Ante todo esto es válido preguntarse ¿cómo es
que le ha ido tan bien a la banca?”
Al
iniciar la explicación, se toma en cuenta que “además de contar con un capital
humano con años de experiencia en el ramo y de haber aprovechado la presencia
de economías de escala, la banca venezolana ha estado en el lugar y el momento
indicados. El despegue de la banca ha coincidido con lo que hasta ahora había
sido una casi ininterrumpida fiesta del gasto, que ha arrojado a la calle
dinero por montones, lo que sumado a unas tasas de interés pasivas ínfimas y a
una alta proporción de depósitos en cuenta corriente ha creado un ambiente que
ha beneficiado enormemente al sector, que ha visto reducidos sus costos
financieros”.